EDITORIAL
Ana Priscila Castro
Ruth Esperanza Garzón Rico
Roberti Vargas Pantoja
Es para nosotros un orgullo, presentar el segundo número de la revista Enfatizarte, como un testimonio virtual de que las artes en nuestra querido depa’ están marchando, están produciendo resultados, provocando habilidades y talentos; ¡y de qué manera! En nuestra responsabilidad se sostienen proyectos ya reconocidos como: Los Pinceles de Van Gogh, Bioma Teatro con sus obras escénicas y su Comparsa de los Espantapájaros, el Horno Artesanal que funge iniciar el próximo año, las Prácticas Artísticas de los jóvenes del énfasis de Undécimo grado con los niños de Básica Primaria, y el lógico proceso temático de las asignaturas. Ardua pero satisfactoria labor.
Es que la Educación Artística y Cultural se despliega en el ámbito de la imaginación, la creatividad, la sensibilidad; a través de procesos lúdicos y disciplinados de destrezas corporales, cognoscitivas, comunicativas y ontológicas. Corresponde a ese “trabajo” hecho por aquellas personas que voluntariamente, y teniendo a su favor habilidades y destrezas estéticas, pueden orientar su trabajo artístico, ya como momento y sitio de esparcimiento o como simple beneficio del tiempo libre.
Las asignaturas que la conforman, orientan el desarrollo de aptitudes y actitudes que le permiten al estudiante, trascender a través de diferentes canales de comunicación. Por la interdisciplinariedad de las artes con otras áreas del conocimiento, se incrementa la capacidad de acción de los educandos en su equilibrio físico, mental y espiritual. En este caso particular de la institución, el Teatro, la Danza, las Artes Aplicadas y Plásticas, se asumen como recursos pedagógicos para desarrollar paso a paso, esos espacios fundamentales del tiempo libre en actividades de experimentación para lograr altos niveles de creación sensible no sólo en cada uno de los integrantes de quienes trabajan directamente con los estilos artísticos sino hacia todo tipo de espectadores que asiste a los hechos y acciones artísticas.
La Educación Artística, permite a los estudiantes una forma diferente de ver la naturaleza, puedan formarse como seres humanos activos en sus quehaceres cotidianos, creativos frente a los problemas, sensibles ante la indiferencia generalizada, llenos de expresividad en la comunicación con los demás y poseedores de elementos de juicio para valorar estética y éticamente la producción artística y de los medios de comunicación. Encamina al estudiante a partir de su sentir propio, de sus vivencias, de su legado intercultural para transformar su experiencia creativa en aprendizaje significativo que le permita proyectarse como ser humano feliz, crítico, productivo con trascendencia profesional y laboral.
El arte es la acción vital que debe enseñarse, desde los primeros años de la niñez, y si es posible desde el vientre materno. Insertado en el currículo puede incrementar la capacidad de acción de un ser, como futuro actor social, desde su equilibrio físico, mental y espiritual; dimensiones imprescindibles en una sociedad llena de cambios vertiginosos, de tensiones e incertidumbres, como en la que se vive actualmente.
La Educación Artística, permite a los estudiantes una forma diferente de ver la naturaleza, puedan formarse como seres humanos activos en sus quehaceres cotidianos, creativos frente a los problemas, sensibles ante la indiferencia generalizada, llenos de expresividad en la comunicación con los demás y poseedores de elementos de juicio para valorar estética y éticamente la producción artística y de los medios de comunicación. Encamina al estudiante a partir de su sentir propio, de sus vivencias, de su legado intercultural para transformar su experiencia creativa en aprendizaje significativo que le permita proyectarse como ser humano feliz, crítico, productivo con trascendencia profesional y laboral.
El arte es la acción vital que debe enseñarse, desde los primeros años de la niñez, y si es posible desde el vientre materno. Insertado en el currículo puede incrementar la capacidad de acción de un ser, como futuro actor social, desde su equilibrio físico, mental y espiritual; dimensiones imprescindibles en una sociedad llena de cambios vertiginosos, de tensiones e incertidumbres, como en la que se vive actualmente.